Creando para dejar huella

Trabajamos con materiales sostenibles, tintas al agua, y papeles de materias primas donde se ha respetado su proceso de elaboración así como las personas que hay en cada eslabón de la cadena hasta que llega a ti. Esto siempre está lleno de herramientas, rodillos, tintas y papeles preparados para estampar, somos conscientes de que el proceso es lento, ¿pero quién dijo que las prisas son buenas?

Cada pieza comienza con una idea inspirada en lo que me rodea: texturas, formas y esa conexión especial con lo natural, desde una semilla hasta la luna. En mi taller, el proceso es tan importante como el resultado final, y cada paso se toma su tiempo. Trabajo principalmente con linograbado, una técnica en la que cada línea y forma es tallada a mano en una plancha de linóleo. Esto implica paciencia y precisión, cada corte cuenta.
Tras el tallado, aplico la tinta con rodillo, cuidando que se distribuya uniformemente en cada rincón de la matriz. Luego llega el momento de la estampación (se hizo la magia): Mediante presión a veces con mi prensa, a veces con mi propio cuerpo, transfiero la imagen de la matriz a la superficie, sea papel, textil o madera. El detalle de los relieves, cobra vida en cada impresión. El resultado nunca es exactamente igual, y eso es lo que me apasiona del proceso. Cada obra es única, una mezcla de control y sorpresa que refleja el carácter de lo hecho a mano.

No hay prisa en este trabajo. Me gusta pensar que cada pieza debe llevar consigo un pedazo del tiempo y entorno que me rodean. Es un proceso físico, cuidadoso, y un homenaje a la artesanía tradicional que, para mí, captura lo esencial de mi trabajo. Una serie de experimentos con finales felices y otros desastrosos que siempre tienen en común la historia que hay tras ellos, sin historia no hay alma, sin alma, las cosas carecen de sentido. Así que mi proceso no es más que encontrarle el sentido a la vida a través de mi trabajo y lo que puede generar en quien lo recibe.

Tengo un vínculo fuerte con la ilustración, ya sea infantil o para adultos. Me encantan los libros ilustrados; tengo una buena colección de ellos tan sólo para deleitarme al pasar sus hojas. Es por ello que me emociona participar en este tipo de proyectos; amo esa sensación de dejar huella con tu trabajo en papel o libros.
Es como una manera de hacer historia. ¿Escribimos una juntos?

Me encanta abordar este tipo de proyectos, ya que representan la originalidad, el trabajo artesano y ese concepto de lo irrepetible de lo efímero; dejando de lado lo artificioso, lo mecánico e industrial; lo impersonal. Es una manera de recuperar el concepto de los antiguos oficios y la manera de trabajar de entonces. Aquí se conecta de una manera muy especial con el proceso y el cliente.

Damos forma e imagen a tu marca de una manera diferente; mucho más humana, natural y cercana para tus cliente, basándonos en los mismos valores que nos mueven a nosotr@s. Tras una marca o un proyecto siempre hay una persona, una historia con alma. Es desde ahí que nosotros empezamos a construir para conseguir una imagen honesta y coherente consigo misma, sin olvidar su propósito y valores.